GABRIELLE + AVI

Sleepy Hollow Club, New York

Enamorándose otra vez

Basta ver los rostros de Gabrielle y Avi cuando se vieron por primera vez vestidos de novios para notar su enamoramiento, de esos momentos que sólo suceden una vez en la vida pero quedan para siempre en nuestra memoria. La ilusión por ser marido y mujer se notaba desde que bajaron la magnífica escalera estilo siglo XVIII.

Mientras se vestían para la gran ocasión, los novios estaban aparentemente tranquilos pero de repente se escapaban sonrisas nerviosas. Ese instante único cuando la novia aún no se pone su vestido y lo admira, mientras él toma el protagonismo colgado estratégicamente en algún rincón de la habitación.

En la boda de Gabrielle y Avi ningún detalle pasó desapercibido, los padrinos y las madrinas vestidos al unísono, ellas en color azul casi gris que combinaba a la perfección con los tonos de la tarde. Pequeños pajes perfectamente ataviados, elegantes, haciendo énfasis en su temprana edad.

Camino al altar

El momento diferente y emotivo, cuando Gabrielle hace su entrada acompañado de ambos padres, tomados los tres de la mano en una muestra de unión familiar, por un lado la despedida y por el otro la bienvenida a una nueva vida, llena de ilusiones y nuevos sueños por cumplir.

Un padre orgulloso llevando del brazo a Avi, que combina los nervios, con la melancolía y la felicidad de saber que está entregando a su hija, al segundo hombre de su vida.

Una ceremonia al aire libre, con elegancia, sofisticación y   tonos neutros propios de la naturaleza, en conjunto un ambiente especial, armónico y lleno de belleza.

La fiesta

Durante la fiesta se vivieron momentos de mucha diversión, la juventud estaba presente, los amigos de los novios compartieron con ellos grandes momentos como cargar al novio, bailar con ellos, convivir y departir.

Partir el pastel fue el pretexto perfecto para un momento de risas y complicidad entre la pareja.

Para nosotros ésta fue sin duda alguna una experiencia única. La boda de Gabrielle y Avi estuvo llena de momentos muy especiales e inolvidables junto a todos sus seres queridos que viajaron desde lejos para acompañarlos.

Agradezco a Gabrielle, Avi y a toda su familia por las mayores atenciones y cariño que tuvieron conmigo y mi equipo, quienes en todo momento nos hicieron sentir no sólo como amigos sino como parte de su familia.